El sueño es un proceso evolutivo y activo que se inicia prenatalmente como resultado de un equilibrio bio-psico-social inestable y dinámico; su evolución depende de la armonía entre estos 3 factores. El sueño no es un estado vegetativo en el que el cerebro se desconecta. Durante esas horas la actividad cerebral continúa aunque de manera diferente al estado de vigilia. El sueño tiene que ser correcto y seguro. Solo así permitirá al bebé regular funciones tan importantes como el ritmo circadiano.
Es fundamental para el neurodesarrollo y el crecimiento infantil. Mientras se duerme ocurren diversos procesos de maduración y desarrollo del sistema nervioso, como la liberación de la hormona del crecimiento, la consolidación de la memoria, la regulación metabólica y el restablecimiento de la energía. La teoría de la homeostasis sináptica propone que durante el sueño existe una selección competitiva a la baja de algunas sinapsis involucradas en el aprendizaje diurno cuando éste es de poca importancia. Al regularse hacia abajo dichas sinapsis durante el sueño, se favorece la predominancia relativa de las sinapsis involucradas en la consolidación de la memoria de eventos o situaciones de mayor importancia para el individuo. Dicho en términos sencillos, durante el sueño se seleccionan las sinapsis que debemos mantener funcionales y eficientes.
El déficit crónico de sueño aumenta los niveles de ansiedad, agresividad, fatiga y disminuye el rendimiento. Los problemas de sueño afectan también al sistema endocrino pudiendo derivar en obesidad infantil, apneas del sueño o hiperactividad. Si estos problemas se mantienen en la adolescencia favorece la aparición de trastorno bipolar, abuso de sustancias, depresión y trastornos alimentarios. Se ha estimado que el 10% de las dificultades de aprendizaje en la infancia se deben a la fatiga diurna.
En la edad adulta el sueño sigue un ritmo circadiano, se repite cada 24 horas y se organiza en ciclos de 80-90 minutos. Por lo que en 8 horas de sueño se suceden 5 o 6 ciclos. Cada ciclo puede dividirse en dos fases. Fase No REM, el sueño es reparador y todavía existen movimientos corporales. Ocupa casi el 70% de cada ciclo. En la fase REM (rapid eye movement) hay alta actividad eléctrica cerebral junto con parálisis total de los músculos corporales acompañada de movimientos rápidos de ojos. En ella se producen los sueños que somos capaces de recordar al día siguiente. Al finalizar cada ciclo completo tenemos un microdespertar que somos capaces de solucionar rápidamente.
El factor que más influye en el sueño en la edad adulta es la ausencia de luz que favorece la secreción de melatonina. Sin embargo el cerebro de los recién nacidos carece de este sistema por lo que pueden dormir de día y de noche.
Los recién nacidos no cuentan con ritmo circadiano si no ultradiano y la mayor parte del tiempo que pasan dormidos lo hacen en fase REM lo que provoca que pasen de estar profundamente dormidos a despiertos y viceversa en muy pocos minutos.
El sueño de los niños madura poco a poco al igual que las ventanas de sueño se van ampliando con la edad. Una ventada de sueño es el tiempo máximo que un bebé puede permaneces despierto sin ponerse irritable y serán claves para su correcto descanso.
El insomnio afecta al 30% de los niños entre 6 meses y 5 años. Pero es común que estos problemas pasen desapercibidos para los padres y los pediatras.Hay diferentes problemas de sueño con distinta prevalencia. En España se estima que el 27% de los niños de 5-12 años presentan resistencia para ir a dormir, el 11% latencia de sueño prolongada, el 6% despertares frecuentes y el 17% dificultades para levantarse por la mañana. En adolescentes, el 38,5% presenta mala calidad subjetiva del sueño y el 23,1% latencia mayor de 30 min. Todas estas dificultades alteran al niño y a su entorno. En relación con la duración de sueño en niños, se ha demostrado que en la edad escolar dormir menos de ocho horas por noche disminuye el optimismo. Se ha demostrado que dormir menos de siete horas por noche en la edad escolar y emplear un dispositivo electrónico más de 15 horas a la semana incrementa la apetencia por alimentos altos en calorías y ricos en carbohidratos frente a otros alimentos más saludables.
Los dispositivos electrónicos como fuente de luz brillante son una causa importante de anormalidades en la cantidad y calidad de sueño en todos los grupos de edad.
La resistencia del niño a dormirse suele ocasionar stress familiar, por ello es necesario enseñar a los padres a conocer las necesidades reales de los niños de manera que las conductas parentales referentes al sueño sean el resultado de un equilibrio entre la sensibilidad y la atención paternas y el entrenamiento en la autonomía y autorregulación del niño.
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